Durante décadas, millones de pacientes han convivido con dolor crónico, calcificaciones y lesiones musculoesqueléticas resistentes a la fisioterapia convencional. Muchos profesionales de la salud saben que existen tecnologías avanzadas, pero desconocen realmente la historia de las ondas de choque y cómo esta tecnología pasó de ser un experimento físico a una herramienta clínica imprescindible. Esta falta de contexto histórico hace que algunos desconfíen de la medicina y ondas de choque, mientras otros infrautilizan una terapia con sólida evidencia científica. El resultado: pacientes que podrían mejorar mucho más rápido… pero no lo hacen.
La buena noticia es que la Terapia de Ondas de Choque (Shockwave Therapy), también conocida como ESWT – Extracorporeal Shock Wave Therapy, tiene una trayectoria de más de 40 años en la medicina moderna. Desde su origen en la litotricia renal en los años setenta hasta su uso actual en tendinopatías, fascitis plantar, pseudoartrosis o medicina deportiva, la evolución de la ESWT refleja uno de los desarrollos tecnológicos más impactantes en rehabilitación. Entender el origen de la terapia de ondas de choque y el desarrollo de dispositivos de ondas de choque nos ayuda a utilizarla con mayor seguridad, precisión y confianza.
En las próximas secciones recorreremos, paso a paso, cómo las ondas acústicas de alta energía pasaron de los laboratorios de física a los quirófanos urológicos, y de ahí a las clínicas de fisioterapia y centros de rehabilitación de todo el mundo. Verás hitos clave, nombres, fechas y cambios tecnológicos decisivos en la historia de las ondas de choque, para que puedas explicar a tus pacientes –o a tu equipo– por qué esta terapia no es una “moda”, sino el resultado de décadas de investigación clínica y de ingeniería médica. Si te interesa realmente la medicina y ondas de choque, sigue leyendo.
Antes de avanzar, dejemos claras las preguntas que vamos a responder en este recorrido histórico: ¿Cómo y por qué surgió la idea de usar ondas de choque con fines médicos? ¿Cuál fue el primer uso clínico aprobado? ¿Cómo se produjo la transición de la litotricia a la Terapia de Ondas de Choque musculoesquelética (ESWT)? ¿Cómo ha sido el desarrollo de los dispositivos de ondas de choque desde equipos gigantes hasta plataformas compactas y portátiles? ¿Qué papel juega hoy la ESWT en rehabilitación, fisioterapia y ortopedia, y hacia dónde se dirige su futuro? Este artículo abordará todas estas cuestiones de forma cronológica y práctica.


De la física de impacto a la medicina: el origen de la terapia de ondas de choque
El origen de la terapia de ondas de choque se remonta a principios y mediados del siglo XX, cuando físicos e ingenieros comenzaron a estudiar la propagación de ondas de presión generadas por explosiones submarinas y choques de alta velocidad. Durante la Segunda Guerra Mundial se observaron daños pulmonares en marineros expuestos a explosiones cercanas, incluso sin heridas externas visibles. A partir de estas observaciones se empezó a comprender que las ondas de choque podían atravesar tejidos, producir efectos mecánicos profundos y concentrar energía en estructuras internas.
En los años sesenta y setenta, grupos de investigación en Alemania experimentaron con ondas de choque focalizadas en modelos animales y en tejidos in vitro. Descubrieron que, si se controlaban adecuadamente la intensidad y el punto focal, era posible fragmentar estructuras como cálculos renales sin dañar gravemente los tejidos circundantes. Este hallazgo fue el inicio de la aplicación médica formal de las ondas de choque: la litotricia extracorpórea por ondas de choque (ESWL), un procedimiento revolucionario que permitiría tratar cálculos renales sin cirugía abierta.


En 1980 se realizó el primer tratamiento clínico exitoso con ESWL en humanos, y muy pronto la técnica se extendió por Europa y Estados Unidos. Por primera vez, una patología que requería intervenciones invasivas podía tratarse mediante un procedimiento extracorpóreo, guiado por imagen, con un impacto mínimo en el paciente. Aunque el objetivo inicial no era la rehabilitación musculoesquelética, este hito marca el verdadero comienzo de la historia de las ondas de choque en la medicina.
Cronología básica de la historia de las ondas de choque
| Año / Década | Hito en la historia de las ondas de choque |
|---|---|
| 1940–1950 | Estudios sobre daños internos causados por explosiones y ondas de presión. |
| 1960–1970 | Investigación básica sobre ondas de choque focalizadas en laboratorios de física. |
| 1980 | Primeros tratamientos clínicos de litotricia extracorpórea (ESWL) en humanos. |
| Finales de 1980 | Exploración de las ondas de choque para pseudoartrosis y retrasos de consolidación ósea. |
| 1990–2000 | Expansión de la ESWT a tendinopatías, fascitis plantar y medicina deportiva. |
| 2000–2020 | Miniaturización y desarrollo de dispositivos de ondas de choque portátiles y específicos para fisioterapia. |
De la litotricia a la ESWT musculoesquelética
Una vez consolidada la litotricia renal, los investigadores comenzaron a preguntarse si las ondas de choque podían utilizarse para otras indicaciones. A finales de los años ochenta se publicaron los primeros casos de medicina y ondas de choque aplicadas al hueso: pacientes con pseudoartrosis o retrasos de consolidación que mostraban mejoría tras la aplicación de ondas de choque en la zona afectada. La hipótesis era clara: si las ondas podían fragmentar un cálculo, quizá también podían estimular la remodelación ósea o romper microcalcificaciones patológicas.
Durante la década de 1990 se produjo el verdadero salto a la Terapia de Ondas de Choque Extracorpórea (ESWT) en el ámbito musculoesquelético. Se empezaron a tratar tendinopatías crónicas (como la del manguito rotador, epicondilitis lateral y medial, tendón rotuliano) y la famosa fascitis plantar con espolón calcáneo. En estos casos, las ondas de choque se utilizaban no para destruir estructuras, sino para estimular la reparación de tejidos, mejorar la vascularización, modular el dolor y descomponer calcificaciones intratendinosas o fasciales.
Los resultados positivos en múltiples estudios clínicos consolidaron la evolución de la ESWT como herramienta de primera línea para ciertas patologías resistentes a otros tratamientos. Sociedades médicas de ortopedia, medicina deportiva y rehabilitación comenzaron a incluir la ESWT en sus guías, primero como alternativa y posteriormente como indicación preferente en casos concretos. Es en esta etapa cuando empiezan a proliferar los primeros equipos de ondas de choque específicamente diseñados para fisioterapia y rehabilitación, distintos de las voluminosas plataformas de litotricia hospitalaria.
Tabla de contenidos
- Origen físico y primeros usos médicos de las ondas de choque
- Transición a la ESWT musculoesquelética
- Desarrollo de dispositivos de ondas de choque
- Aplicaciones actuales en la medicina y ondas de choque
- Retos y futuro de la ESWT
- Conclusión y recursos
Origen físico y primeros usos médicos
Si observamos la historia de las ondas de choque desde una perspectiva global, vemos tres grandes etapas: la fase física-experimental, la fase urológica (litotricia) y la fase musculoesquelética. En la primera, dominan los laboratorios de física, interesados en cómo se transmite la energía; en la segunda, los urólogos y radiólogos; y en la tercera, fisioterapeutas, ortopedas y especialistas en rehabilitación. Cada etapa añade conocimiento sobre seguridad, dosificación, focalización y efectos biológicos.
Desarrollo de dispositivos de ondas de choque: de gigantes a compactos
El desarrollo de dispositivos de ondas de choque ha sido tan importante como los descubrimientos clínicos. Los primeros equipos de litotricia eran enormes, requerían quirófanos específicos y sistemas complejos de inmersión en agua para transmitir las ondas. Generaban ondas de choque mediante tecnología electrohidráulica: una chispa eléctrica en un fluido producía la onda, que se focalizaba por una elipse metálica o acústica.
Con el tiempo aparecieron nuevas tecnologías generadoras: electromagnética y piezoeléctrica. La electromagnética utiliza bobinas y membranas metálicas para crear las ondas, mientras que la piezoeléctrica emplea cristales que se deforman al aplicar un voltaje. Estas innovaciones permitieron diseñar cabezales más precisos, controlar mejor el foco y reducir el tamaño de los equipos. A finales de los años noventa y principios de los 2000, la industria comenzó a desarrollar plataformas orientadas específicamente a la evolución de la ESWT musculoesquelética: equipos de menor energía, más compactos y aptos para consulta.

Paralelamente surgió otro gran salto tecnológico: las ondas de choque radiales. A diferencia de las ondas focales, que concentran la energía en un punto profundo, las radiales se dispersan desde la superficie hacia el interior y alcanzan menos profundidad. Se generan, habitualmente, por un proyectil accionado neumáticamente que impacta contra un aplicador. Estos dispositivos son más sencillos, robustos y accesibles, lo que los hizo extremadamente populares en clínicas de fisioterapia y centros deportivos. Hoy, muchas plataformas combinan modalidades focales y radiales, permitiendo adaptar la terapia a diferentes indicaciones.
Tabla comparativa de tecnologías de generación de ondas de choque
| Tecnología | Tipo de onda | Características principales | Uso habitual |
|---|---|---|---|
| Electrohidráulica | Focal | Alta energía, sistemas voluminosos, primera generación hospitalaria. | Litotricia, algunas indicaciones óseas. |
| Electromagnética | Focal | Foco más controlado, equipos de tamaño medio, buena reproducibilidad. | ESWT musculoesquelética y urológica. |
| Piezoeléctrica | Focal | Gran precisión focal, energía ajustable, menor ruido. | Aplicaciones especializadas, investigación. |
| Neumática / balística | Radial | Equipos compactos, mantenimiento sencillo, penetración más superficial. | Fisioterapia, medicina deportiva, estética. |
Medicina y ondas de choque hoy: principales campos de aplicación
La historia de las ondas de choque no es solo una sucesión de máquinas y fechas; también es la historia de cómo distintas especialidades médicas han adoptado la ESWT para resolver problemas clínicos complejos. Hoy en día, las ondas de choque se utilizan en cuatro grandes áreas: urología, ortopedia y rehabilitación, medicina deportiva y, cada vez más, dermatología y medicina estética.
En ortopedia y rehabilitación, las indicaciones más consolidadas incluyen la fascitis plantar, la tendinopatía aquílea, la epicondilitis lateral (codo de tenista), la tendinopatía rotuliana, la tendinopatía calcificada del hombro y ciertas pseudoartrosis. La ESWT se utiliza para estimular la reparación de tejidos, modular el dolor, mejorar la neovascularización y descomponer calcificaciones. En medicina deportiva, se ha convertido en una aliada para acortar tiempos de recuperación y tratar lesiones por sobreuso en atletas de alto rendimiento.
En el ámbito dermatológico y estético, las ondas de choque radiales y focales se están utilizando para tratar celulitis, mejorar la calidad de la piel y favorecer la microcirculación. Aunque esta área es más reciente y todavía en evolución, muestra cómo la evolución de la ESWT sigue generando nuevas aplicaciones. La investigación básica revela efectos sobre la liberación de factores de crecimiento, la angiogénesis y la modulación de procesos inflamatorios, lo que podría abrir la puerta a futuras terapias en cicatrización de heridas, neuropatías periféricas y más.
Tabla de especialidades médicas que utilizan ESWT
| Especialidad | Patologías frecuentes | Objetivo terapéutico principal |
|---|---|---|
| Urología | Cálculos renales y ureterales | Fragmentar cálculos sin cirugía abierta. |
| Ortopedia / Rehabilitación | Tendinopatías, fascitis plantar, pseudoartrosis | Reducir dolor, estimular regeneración ósea y tendinosa. |
| Medicina deportiva | Lesiones por sobreuso, tendinopatías en atletas | Disminuir tiempos de recuperación y mejorar rendimiento. |
| Dermatología / Estética | Celulitis, flacidez, cicatrices | Mejorar microcirculación y calidad de la piel. |
Evolución de la ESWT en rehabilitación y fisioterapia
En la práctica diaria, la evolución de la ESWT se aprecia en la forma en que los fisioterapeutas integran la terapia de ondas de choque dentro de programas multimodales. Mientras que hace veinte años se utilizaba casi exclusivamente como “último recurso” para tendinopatías rebeldes, hoy se considera una herramienta adelantada en el algoritmo terapéutico, especialmente cuando el dolor limita la participación activa del paciente en el ejercicio terapéutico.
Los protocolos también han cambiado. En los inicios, se aplicaban energías muy altas, con pocas sesiones y dolor significativo durante el tratamiento. Actualmente, los equipos modernos permiten ajustar con precisión la presión, la frecuencia y el número de disparos, lo que posibilita estrategias de dosificación más individualizadas y mejor toleradas. El desarrollo de dispositivos de ondas de choque con interfaces intuitivas, bibliotecas de protocolos y aplicadores ergonómicos ha hecho que la curva de aprendizaje sea mucho más rápida para nuevos usuarios.
Además, la evidencia científica ha pasado de simples estudios observacionales a ensayos clínicos controlados, meta-análisis y guías de práctica clínica. Hoy disponemos de una base sólida que respalda la ESWT para múltiples indicaciones musculoesqueléticas, aunque todavía existan debates sobre parámetros óptimos, número de sesiones o combinación con otras terapias (ejercicio, terapia manual, inyecciones, etc.). Esta transición de la “innovación experimental” a la “práctica basada en la evidencia” es una de las fases más importantes en la historia de las ondas de choque.
Retos actuales y futuro de la historia de las ondas de choque
Mirando hacia el futuro, la medicina y ondas de choque se enfrentan a varios retos y oportunidades. Por un lado, la estandarización de parámetros sigue siendo un desafío: diferentes fabricantes utilizan unidades, rangos de energía y configuraciones propias, lo que dificulta comparar estudios y replicar protocolos. Por otro lado, el acceso a la tecnología aún es desigual entre países y sistemas sanitarios, especialmente en entornos con recursos limitados.
Sin embargo, los avances en ingeniería apuntan hacia dispositivos más compactos, silenciosos y versátiles, con mejores sistemas de control de energía y feedback en tiempo real. La integración con tecnologías de imagen (ecografía, navegación) permite visualizar en directo la interacción entre el foco de ondas de choque y el tejido diana, abriendo una nueva etapa en la evolución de la ESWT. También se investiga el uso de ondas de choque de baja intensidad para cardiología, neurología y medicina regenerativa, ampliando aún más la frontera de esta tecnología.
Para los investigadores médicos, fisioterapeutas, ortopedas y especialistas en rehabilitación, comprender la historia de las ondas de choque no es un simple ejercicio académico: es la base para diseñar mejores estudios, seleccionar de forma crítica los dispositivos que utilizan y comunicar a los pacientes la solidez de esta tecnología. Del mismo modo, para fabricantes y distribuidores, conocer el recorrido histórico y las necesidades clínicas reales es clave para orientar el desarrollo de dispositivos de ondas de choque que realmente aporten valor en la práctica diaria.
Conclusión: por qué la historia de las ondas de choque importa hoy
La historia de la Terapia de Ondas de Choque en la medicina es un ejemplo perfecto de cómo la física aplicada puede transformar la práctica clínica. Desde los estudios sobre explosiones submarinas hasta las modernas clínicas de fisioterapia, la historia de las ondas de choque recorre más de medio siglo de innovación científica, ingeniería biomédica y validación clínica. La evolución de la ESWT demuestra que no se trata de una moda pasajera, sino de una tecnología con raíces profundas, respaldada por evidencia y en constante avance.
Para los profesionales de la salud, conocer el origen de la terapia de ondas de choque, sus hitos y el desarrollo de los dispositivos de ondas de choque permite tomar decisiones más informadas: elegir equipos adecuados, ajustar parámetros con criterio y explicar a pacientes y colegas por qué la ESWT merece un lugar estable en los protocolos de rehabilitación. Para los centros que desean incorporar o actualizar su equipamiento, comprender esta trayectoria histórica también ayuda a diferenciar plataformas obsoletas de tecnologías modernas, versátiles y fiables.
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